Muchas personas permanecen largo tiempo en situaciones de maltrato porque han desarrollado una especie de anestesia emocional ante el padecimiento, que no pasa totalmente desapercibido por supuesto, más la seguridad de lo conocido es más grande que la necesidad del cambio... durante cierto tiempo. A ésto lo llamo El Cómodo Malestar.
La decisión de iniciar un cambio positivo implica que nos comprometamos con nosotros mismos, dando pasos a nuestra medida y nos paramos cada tanto, para ir asimilando lo nuevo, cuanto voy descubriendo adentro e integrando. Merece mucho respeto todo aquel que se lanza al cambio pues ha de ir reconociendo y dándole la mano al miedo que se hace presente, pues desconocemos lo que nos depara este sendero y la incertidumbre puede tornarse nuestro compañero. ¿Qué nos impulsa entonces? Poseer la certeza interna de que donde estamos o cómo estamos, ya no lo queremos más.
Para los que desean animarse a un cambio positivo y los detiene esta especie de vértigo a lo desconocido, o para aquellos que ya están en el proceso e ingresan en un tramo de "paremos un poco", les comparto que hay diferentes vías para lograr un cambio positivo:
- La vía de la Autoestima, donde voy revisando mi auto valoración, descubriendo herramientas propias que desconocía y aprendo a implementarlas.
- La vía de las Emociones; donde voy empezando a conocer cuáles son las que registro, amplío mi alfabeto emocional, voy dándome cuenta cómo las siento - hasta corporalmente- y mi modo de expresarlas. Voy aprendiendo a ser coherente con lo que siento y el cómo lo expreso.
- La vía de la Comunicación, donde reviso mi manera de comunicarme con otra persona, dándome cuenta si digo lo que quiero decir o lo que el otro espera que yo diga, o lo que debería decir. Reviso mi claridad en la comunicación, si pongo límites cuando detecto invasión, o si yo mismo/a manipulo al otro.
- La vía de animarse a lo nuevo, poco a poco, probando algo diferente y ver qué me pasa; darme la oportunidad de un pequeño cambio en mis acciones y observar cómo reacciono ante ello: ¿me gusta? ¿me sorprendo de mí mismo/a?
No es necesario transitar todas las vías a la vez para producir el cambio positivo necesitado. Basta que empecemos por una de ellas e iremos generando adentro nuestro un efecto aliviador al comprobar que sí es posible; a veces visualizamos el cambio de tal magnitud, que nos paraliza.
Concediéndonos la paciencia, tolerancia y cariño que le damos a un niño que está aprendiendo a caminar ... ¡podemos lograr nuestro cambio positivo, allí donde sintamos que lo precisamos!
¿Te animas? ¿Qué vía te atrae?
Dra. Aída Bello Canto
Psicología y Gestalt
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