28 de mayo de 2017

Padecer la Soledad

Aida Bello Canto, Psicologìa, Gestalt, Emociones
No es lo mismo estar solo que sentirse solo.

La soledad es un sentimiento que en mayor o menor grado todos lo hemos sentido en algún momento de nuestras vidas, o varias veces a lo largo de nuestra existencia. Es un estado de soledad temporal, frecuentemente causado por un cambio acontecido: de trabajo, irse a otro país o lugar de residencia, rupturas afectivas, pérdida de un ser querido, etc.

La palabra soledad está tan impregnada de connotación negativa que a muchos les cuesta registrar la parte positiva y necesaria de habitar este sentimiento. El sentirse sol@ también se refiere a no estar con otras personas físicamente, siendo un estado muchas veces buscado para el re-encuentro con uno mismo, dosis de recogimiento necesaria para poder "escucharnos" internamente, consultarnos, reflexionar, aquietarnos del afuera. No es que la persona padezca la soledad, sino que propicia esos momentos, generadores de bienestar y autoconocimiento.

Ahora bien, cuando la soledad es un estado interno de permanencia, está hablando de tener escasa conexión con los demás, con el mundo. Por supuesto que puede moverse socialmente, en el trabajo, se comunica con otras personas, mas internamente siente desconexión, no genera vínculos afectivos. Se relaciona pero no se vincula. Acá sí podemos encontrarnos con el padecimiento; es el sentimiento de soledad que aparece, por ejemplo, en la persona que siente desamparo emocional.

Cuando la soledad no es deseada ni es buscada, ahì nos encontramos con el padecimiento.

Existen extensas investigaciones sobre la incidencia de la soledad en la salud física. Les ofrezco algunos resultados:

- El sentimiento de soledad causado por una exclusión, activa regiones de nuestro cerebro donde reside la detección del dolor físico. Podríamos decir y sabemos a ciencia cierta, que la soledad duele, nuestro cuerpo la siente, no solamente es emocional (aunque ya vengo reiteradamente diciendo que en las emociones está presente nuestro cuerpo).

- En las personas crónicamente solitarias, el cortisol que es la hormona del stress, está en niveles más elevados que en las personas que se vinculan.  ¡Y desde la mañana, al levantarse!

- La persona que se siente sola, más allá de su estado civil o familia que posea, es más proclive a tener interrupciones en su sueño nocturno. El sentirse sol@ no tiene que ver con la situación social o familiar en sí misma, sino en la forma en cómo se percibe.

- El aislamiento social prolongado incide en un mayor riesgo de contraer enfermedades cardíacas, infecciones virales y cáncer. En el 2008 un equipo de investigadores de la Universidad de California (UCLA) identificaron por primera vez un patrón de expresión genética en las células del sistema inmunológico propio de las personas con soledad crónica. (Resultados publicados en el Journal of Genome Biology).

- Aumento de malos hábitos (alimenticios, de cuidado personal) y tendencia a la auto-medicación.

Para terminar, el sentimiento de soledad es muy subjetivo; lo que para algunos es soledad para otros no.
- Si es buscada, se vive como una experiencia positiva.
- Si no es buscada, hay sensación de vacío interno y posibles repercusiones en la salud; sin olvidar que pueden ser campo fértil a la dependencia emocional, como escape a la soledad.

Necesitamos como Humanos estar conectados con otros, poseer vìnculos, dar y recibir afecto. Es fundamental tomar parte activa, cada uno en su vida, para generar estos espacios de encuentro; no quedar pasivos, esperando que los demàs "nos busquen" o nos acompañen.

Un càlido saludo,

Dra. Aida Bello Canto
Psicología y Gestalt

21 de mayo de 2017

Detectar tus Emociones, te evita Conflictos!

Aìda Bello Canto, Psicologìa, Gestalt, Emociones
Venimos hablando del maltrato en las relaciones, de la dependencia emocional y sus riesgos,  estando presente en estas situaciones la dificultad que posee la persona en registrar emociones; pasan rápidamente a justificar al otro o se limitan a sentir miedo o culpa.

Un amplio rango de emociones, como el enojo, la insatisfacción, la tristeza,  dan su aviso desde que se empieza a instalar una relación tóxica de que algo está atentando contra la integridad y la autoestima, mas paulatinamente dejamos de prestarles atención. Detectar nuestras emociones, sin anestesiarlas, ¡pueden evitarnos muchos conflictos!

Cuánto más podemos dar cuenta de nuestras emociones, mayor claridad tendremos de nosotros mismos, qué nos pasa, ¿qué estoy necesitando? Vivenciar y permanecer en las muchas emociones que nos proporcionan bienestar, así como permanecer en las displacenteras para reconocer qué nos está pasando (adormecerlas, negarlas o taparlas nos auguran la postergación de problemas, incluso de índole físicos).

Es muy frecuente en las relaciones tóxicas que una persona se enoje y no lo demuestre, ni lo dice para evitar conflictos; lo deja pasar y termina "actuando" su enojo de muy diversas maneras (o se pelea con quien no tiene nada que ver, ni ha hecho nada). Va acumulando y un día estalla de manera inadecuada y desmedida con la situación actual.  Dice un "sí" cuando es un "no" y pone "cara de pocos amigos". Si le preguntan "¿Qué te pasa?", la respuesta suele ser: "¡Nada!"

Detectar las emociones nos hace crecer internamente, nos enriquece el contacto con el mundo, nos instrumenta fuertemente para transitar conflictos, dificultades, ya que vamos puliendo una actitud positiva a tomar frente a lo que nos acontece. Sin duda alguna, nos evita conflictos mayores, èsos que por querer evitar en su momento, se van acumulando y cada vez se torna más difícil actuar o comunicar al otro lo que nos pasa.

                                                                                
Aida Bello Canto, Psicologìa, Gestalt, Emociones
Las emociones son grandes motivadores naturales en nuestras vidas, pues cuando surge una emoción nos está revelando  una necesidad con el propósito de guiarnos hacia lo que nos hace falta o para nuestro crecimiento personal.
Sentir nuestras emociones nos afina la percepción de nosotros mismos, nos mantienen vivos, nos sirven de brújula para dirigir nuestras acciones y:

- promueven el encuentro con el otro, con el mundo;
- nos ayudan a detectar a lo que hemos de poner límites;
- nos señalan momentos de retirada hacia nosotros mismos.

No nos convertimos en un desborde de emociones, ni nos tornamos débiles y vulnerables, como varios que esconden o anestesian sus emociones temen (obviamente por experiencias pasadas donde el miedo toma mayor dimensión).

Cada una de nuestras emociones tiene una funciòn especial y nos señala lo que estamos necesitando. Para los que quieran saber un poco más sobre estas señales, les recomiendo leer Emociones Bàsicas para la Vida.

Nuestras emociones nos cuidan, nos protegen e instrumentan. Tomarnos unos minutos al día para registrar cómo estamos, qué sentimos, es una fructífera inversión personal. Tú decides.

¡Lo mejor para tí!

Dra. Aida Bello Canto
Psicología y Gestalt

14 de mayo de 2017

El Maltrato y sus disfraces en una Relaciòn

Aida Bello Canto, Psicologìa, Gestalt, Emociones, Maltrato, Culpa
El maltrato físico se detecta de inmediato, mas el maltrato emocional se inicia de una manera muy sutil, se va instalando en la relación poco a poco, de tal manera que la otra persona tiende a justificar estas actitudes y comportamientos por numerosas razones (stress laboral, problemas económicos, celos, etc).

Poco a poco se va instalando esta manera de trato en la relación, disfrazado de mùltiples formas, con el objetivo de controlar y mantener el poder, llegando a sentirse la persona maltratada en falta y con culpa.

Fundamentalmente lo que hace que una persona que sufre maltrato lo permita, lo justifique y le sea difícil poner lìmites al otro, es su miedo a perder el amor y que la relación se termine rompiendo: miedo a la pèrdida.

El maltrato es maltrato, sin importar su intensidad, pues sòlo es cuestiòn de tiempo que el mismo vaya creciendo, pudiendo llegar a través de los años a lo que llamamos violencia psicológica. Lo que al principio puede aparecer como una mirada descalificatoria, o celos controladores, puede ir transformàndose en palabras humillantes o teniendo que dejar de ir a lugares o ver a ciertas personas: se le va recortando a la víctima su área de  movimiento, sus relaciones, sus intereses y deseos.

El impacto emocional negativo en la víctima es profundo, devastador, pues durante mucho tiempo duda de sí mism@ y busca en su propia persona las causas generadoras de este tipo de respuestas en el otro, sometiéndose aún más con la esperanza/confianza/ expectativa de que algo cambie. ¡Es parte del abuso, de la violencia psicológica!

Los disfraces con que se presenta el maltrato emocional son varios, y suelen articularse entre sí, logrando una serie de comportamientos de "miniviolencias" difíciles de detectar; los estudiosos del tema las clasifican en 9:
- El control
- El aislamiento
- Los celos patológicos
- El acoso
- La denigración
- Las humillaciones
- Los actos de intimidación
- La indiferencia ante las demandas afectivas
- Las amenazas

Dos puntos a tener en cuenta que suelen pasarse de lado en este tema:

- el maltrato emocional se da tanto en hombres como en mujeres; suele pensarse que sólo acontece en hombres y las mujeres son siempre las víctimas. Pues no, este instrumento de dominación aparece en ambos géneros.
- el ámbito donde suele aparecer la violencia psicológica es el privado, donde no hay testigos externos, y cuando los ataques se hacen en público, el disfraz con que se presenta suele ser la ironía, la "broma", donde si la otra persona dice algo al respecto, es acusada de no tener sentido del humor.

Si te interesa conocer un poco màs de qué trata cada uno de estos maltratos, te recomiendo este video:


Esconder "bajo la alfombra" cualquier clase de maltrato y dejarlo pasar, no soluciona. Si te das cuenta que estás en este camino, ¡ya has dado un gran paso! No te aìsles y comparte tu situación con quien pueda ayudarte.

Dra. Aida Bello Canto
Psicología y Gestalt

7 de mayo de 2017

Hacerte el distraìdo/a ... ¡no soluciona!

Aida Bello Canto, Psicologìa, Gestalt, Emociones, Relajación,
Una gran cantidad de problemas que padecemos vienen de andar ràpido por la vida, nos damos cuenta que nos sentimos "mal", insatisfechos, con nosotros mismos o  en alguna relación, pero en lugar de detenernos a ver qué podemos hacer de diferente, parar para descubrir qué necesito para estar mejor, cambiar mi estado de ánimo,  por ejemplo, seguimos con nuestra "lista de pendientes". ¡Nos hacemos los distraìdos!

Podemos ir depositando en el cuerpo, tensiones y contracturas, molestias estomacales, etc...  y aún así "seguimos de largo" sin escuchar su mensaje, sostenemos nuestro analfabetismo emocional sin detenernos a ver qué estamos sintiendo, registramos a lo mejor nuestra dificultad en el pedir mas no tenemos ni idea de qué pedir, podemos tener necesidad de un cambio mas es tan general que no le podemos poner "apellido a esta necesidad de cambio", entonces ¿por dónde empezar?

En Gestalt utilizamos con frecuencia una frase "Darse tiempo para Darse Cuenta", queriendo transmitir la importancia de parar, detenerse en algún instante del día, para prestar atención a cómo estamos, qué nos está pasando, percatarnos de si nuestros planos físico, mental y emocional están aliniados, en sintonía. Es muy difícil percibir nuestras incoherencias  (por ejemplo cuando mi mente me dice una cosa y lo que siento al respecto, va por otro lado), si vamos rápido por la vida, nos subimos al tren programado diario ... y de esta manera, cada día.

Me refiero a darnos unos minutos diarios, no importa cuándo y dónde, para prestarnos atención y no seguir de largo ante situaciones o relaciones que sabemos, aunque nos hagamos los distraídos, que no me hacen bien ... ¿esperamos a que  la situación o el vinculo estalle?

Este darnos tiempo para detenernos es aplicable a TODO:
Aída Bello Canto, Emociones, Psicologìa, Gestat

- ubicar nuestras prioridades,

- registrar mi sentir en una situación específica y accionar acorde a la misma y no a mis suposiciones,

- focalizar mi deseo, intención, proyecto, para dar los pasos para su concreción,

- darme cuenta de lo que necesito y a quién necesito en el afuera,

- escuchar mi cuerpo y atenderlo (con frecuencia nos damos cuenta de la necesidad de descanso cuando ya estamos agotados)

- cuando voy a comunicar algo importante para mí, decir con claridad lo que quiero transmitir (no irme por las ramas y el otro que adivine lo que quise decir); con respeto y cuidado ... y ésto requiere entrenamiento.

En fín, la lista es larga, mas espero dejarles la esencia de la importancia de darnos un tiempo cada día (les aseguro que no es mucho) para acudir a nuestro propio encuentro.Quienes van incorporando a sus vidas las respiraciones, la relajación básica, entre muchas posibilidades existentes, tendrán un mayor acceso a esta toma de contacto interno.

 ¡Házlo a tu manera!

Dra. Aìda Bello Canto
Psicologìa y Gestalt

¡¡Usa tu detector emocional!!

¡Poderosa herramienta nuestra! ⭐️ El detector emocional que hemos creado a partir de nuestras experiencias nos brinda la valiosa capacida...