14 de octubre de 2018

4 estilos de Manipulación

Dra. Aída Bello Canto, Emociones, Psicología, Gestalt, Manipulación
La manipulación es una manera de maltrato psicológico que puede aparecer en cualquier ámbito de nuestras vidas. Se necesitan dos personas para que acontezca, ya que si el que quiere manipular no tiene la otra parte donde ejercer su "juego", no está la otra persona que acate sus deseos o cumpla su objetivo, sencillamente no puede hacer nada. Esto es de suma importancia, pues cuando nos sentimos o nos hemos sentido manipulados, solemos ver sólo la parte activa de la manipulación, y no nos reconocemos a nosotros mismos como jugadores en esta alianza.

El objetivo presente es que podamos empezar a reconocer los cuatro estilos de manipulación más frecuentes, detectar si alguno está presente en nuestras vidas y qué hacemos nosotros cuando se presenta: ¿nos enganchamos?, ¿de qué manera lo hacemos?, ¿a cuál soy más vulnerable? ... y profundizando un poquito más en nuestra indagación personal, ¿utilizo alguno de ellos y no me había dado cuenta?

Dado que se presenta en tantas áreas, me voy a centrar en el ámbito personal, en las relaciones interpersonales. La presencia de este "juego" en los vínculos, va logrando una paulatina intoxicación que puede alcanzar diferente graduación hasta llegar al chantaje emocional y el acoso moral. Mas el que aparezca en menor grado, no significa que no sea tóxico y que la pérdida de nuestra integridad no haya iniciado su carrera.

En la manipulación se busca que la otra persona acate deseos, satisfaga necesidades personales, sin importar lo que el otro quiera o necesite; no es consultado si lo desea ni se presenta en forma de "pedido" (¡no vaya a contestar negativamente!). Puede disfrazarse de gentiles modos, siendo difícil detectar la manipulación en el momento, mas los efectos aparecen en el manipulado casi de inmediato, sólo que puede no hacerles caso, o poseer sensaciones y/o emociones que no puede nombrar con claridad. La emoción que es frecuente que aparezca y es reconocida con facilidad es la culpa, si no se cumple con el pedido.

¡Vamos con los cuatro estilos!

Autoritario: Este estilo es muy fácil de reconocer ya que es un manipulador activo. A través del uso del poder, de la voz, de los gestos, se impone (intenta imponerse) a la otra persona.  Si no le dá resultado puede pasar a un estilo más depurado que es el Inculpador, donde incluye material especial para que la otra persona se sienta culpable "de algo". Muchas veces hay una amenaza implícita si no se acata el pedido. El manipulado, si cae en este entramado tóxico, da por hecho que "algo va a perder" (cariño, atención, cuidado,  posición económica, etc).


Lógico: Este estilo también es una manipulación activa. Cuesta más el reconocerlo pues se presenta con un arsenal de información lógica y hasta estadística que avala la acatación a sus deseos o necesidades. Puede incluso apelar a la tradición o a las creencias para sustentar que se haga lo que quiere. El que cae en esta manipulación siente que le faltan datos, no es tan "inteligente", da por hecho que el otro tiene razón; se descalifica frente al otro y deja de atender sus propios deseos y/o necesidades.

Seductor: Este estilo es una manipulación muy suave y "gentil", mas manipulación al fín y al cabo. A través de buenos modos va envolviendo a la otra persona para lograr sus objetivos. Generalmente hace sentir a la otra persona muy especial, importante para él/ ella, siempre y cuando la complazca. Muchos seductores, cuando no le da resultado este estilo, suelen pasar al autoritario.

Victima: Este estilo también es fácil de reconocer; es una manipulación pasiva, que utiliza sus gestos, tono de voz y argumentos muy característicos. No por ello es menos eficaz, ¡no nos engañemos! Incluso es un estilo altamente entrenado para generar culpa en la otra persona si no cumple con lo "pedido". Muchas veces se desarrolla este estilo como medio de escape a otra manipulación activa, sin registrar que está manipulando al mismo tiempo. Apelan al "pobrecito/a yo" para conseguir sus objetivos, y la otra persona puede caer en este entramado con tal de evitar todas las emociones disparadas adentro ante el decirle NO.
Como dato importante de comentarios tras experiencia vivencial en talleres y congresos de los que "jugaron a ser víctimas", todos y cada uno de los involucrados no solamente rechazaban a la "víctima", sino que les provocaba mucho enojo e ira. El que juega a conseguir su objetivo victimizándose, ha de saber que puede en primera instancia conseguir su objetivo por pena, compasión, etc, mas en la otra persona se va generando un gran enojo.

Sepamos que toda relación que posea manipulación, está en problemas (aunque no sea grato el saberlo); la integridad y el respeto se irá disolviendo en el tiempo. El primer paso es detectar si existe y qué hago con ello; cuál suele ser mi respuesta y qué pensamientos y sentimientos me llevan a "cumplir". Revisar mi puesta de límites y qué necesito para empezar a no jugar más, no ingresar en este entramado de manipulación.

Cuanto más nutro mi alfabeto emocional y tomo registro de lo que me pasa adentro, y en conexión en el intercambio con el Otro, cuanta más clara sea mi comunicación, en mejores condiciones estaré de establecer vínculos sanos y nutritivos.
Que mi Sí, sea un Sí.
Que mi No, sea un No.

¡Linda semana para todos!

Dra. Aída Bello Canto
Psicología y Gestalt

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