Muchos se habrán extrañado al leer el título, y posiblemente hayan aparecido respuestas inmediatas a esta pregunta (no necesariamente a viva voz) dirigidas a la negación de esta dificultad y a la apertura y gran disposición que todos tenemos a estar en bienestar.
¡Cierto! Todos queremos vivir con esta sensación, mas no estoy hablando del deseo, de las ganas, sino de lo poco preparados que estamos para vivir "en bienestar". Suena raro ¿verdad? Pues vaya a Usted a saber por qué, los seres humanos transitamos más fácilmente los estados de malestar, incomodidad y queja que aquellos de bienestar y contentura (permítanme la palabra). No me refiero a instantes, sino a vivir en un estado. Sí disfrutamos de instantes de alegría, de bienestar, nos abrimos a ellos y los disfrutamos; más sentimos que no son duraderos, sino instantes, momentos.
He sido y soy observadora de una situación muy curiosa que acontece cuando las personas que han transitado la superación del dolor, la incertidumbre del cambio y de lo nuevo, empiezan a sentirse bien, están conectadas con sus vidas de manera positiva, con nuevo sentido y objetivos posibles, entran en una zona gris, teñida del miedo. A esto yo lo he bautizado el síndrome de la felicidad.
"Esto no puede durar", "algo malo va a pasar, ¡seguro!", "mejor que me prepare, porque el golpe será peor", "tanto bienestar tiene un precio", ... éstas son algunos de los pensamientos que se cruzan transitando un estado de bienestar, con su aparejada emoción de miedo o angustia, porque damos por hecho que no será duradero. Y se le suma el ignorar por dónde vendrá el golpe. Además, podemos perdernos de vivir oportunidades nuevas que nos sumen bienestar, en el área de la vida que sea, por temor a que por "ahí venga la cosa".
Cuando digo felicidad y cuando hablo de un estado de bienestar, no me refiero a un estado de nirvana permanente donde nada que nos disguste pase, donde todo esté tal cual yo quiero, donde la vida me sonría en todas sus facetas y la gente sea como a mí me gusta. Me refiero fundamentalmente a una actitud positiva ante la vida, donde conozco mis recursos, aprendí a pedir ayuda (no tengo que resolver todo yo solo/a), me habito con respeto hacia mí y hacia los otros, realizo mis elecciones y aprendo de ellas.
Tras tanto tiempo de observación y mucha lectura, he llegado a una humilde conclusión: no tenemos entrenada nuestra actitud positiva, indispensable - a mi criterio- para permanecer en el estado de bienestar. Nuestro cerebro está más acostumbrado a recorrer los mapas neurológicos grabados con experiencias negativas.
¿Cómo entrenar nuestro cerebro a crear nuevos mapas y fomentar la actitud positiva?
El psicólogo Shawn Achor realizó una investigación durante ocho años en Harvard sobre el entrenamiento del cerebro para ponerlo en positivo, corraborando que con ello se obtienen mejores resultados en cualquier área de la vida y se genera dopamina, que es la encargada de aumentar la sensación de felicidad e incrementar nuestras capacidades cognitivas.
Comparto con Ustedes los cuatro puntos encontrados para desarrollar el cerebro positivo:
1) Gratitud: escribir diariamente tres cosas por las que estamos agradecidos; hacer esto durante 21 días, añadiendo cada día tres cosas nuevas (no vale repetirlas). Nos entrenamos a percibir lo que "hay", y no lo que falta.
2) Ejercicio: la realización de ejercicio físico aumenta la dopamina.
3) Meditación: nos ayuda a focalizar nuestra mente en una cosa (y en el presente) y no en varias al mismo tiempo y parar los pensamientos de todos los colores que tenemos.
4) Acto aleatorio de bondad diario: decirle algo positivo a otra persona, escribir un pensamiento positivo en cualquier red social, ¡ayudar a cruzar la calle!
Espero que les sea útil y haber contribuido con un granito de arena a alcanzar y sostener una actitud positiva, para que no sea tan "curioso" el vivir en bienestar.
¡Buena semana!
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Querida Aida. Una vez màs me siento totalmente identificada con tus escritos. Puedo agradecerte que me hagas pensar y el ayudarme a encontrar què es lo que pasa con esta identificaciòn. ¡Me quedo pensando! Besos
ResponderBorrarUh ¡qué bueno!y mientras piensas, fíjate con qué estás agradecida ... por ejemplo. Saludos!
BorrarQuerida Aida,
ResponderBorrarQue hermoso es este texto..y a cuanta verdad abren estas palabras.
Yo quisiera agregar a los consejos, con permiso de la autora, un 5to. que es tomar contacto con lo bello, con la natulareza, con textos que nutran, con amigos, con los espacios propios y los seres que son vitales y nos conectan con la Alegria y la Paz... Desde una sublime mañana en el campo hasta un cafè con un amigo, desde el pisar el pasto descalzo hasta el dar un abrazo sentido, conectarse con lo que esta vivo que saca a la luz lo mas vital y sano de nosotros mismos. Seria en resumen : tomar contacto con lo simple...
gracias Aida por todo!!!
Adrian
Me aúno plenamente a esta quinta propuesta tuya: tomar contacto con lo simple, y a tan bellos ejemplos que nos regalas. ¡Gracias Adrian!
BorrarOro en polvo Aida!! voy a hacer los ejercicios!!!!!!!! gracias!! Maura
ResponderBorrarBuenísimo Maura. ¡Después me cuentas cómo te va! Abrazo
BorrarAida ¡¡cuánto tengo que ejercitar mi cerebro!! me pasa, que los momentos de pesar han sido tan fuertes que tengo "miedo". Pero haré los ejercicios,tengo tanto para disfrutar y dar gracias a la vida,que miraré para adelante.
ResponderBorrarUn abrazo positivo querida amiga.
Un beso.
Sarita.
Sarita, es humano que tengas miedo tras pasar momentos tan difíciles. Practica y desarrolla la actitud positiva, con constancia, abriéndote la puerta a disfrutar tanto como reconoces en tu vida. Te felicito! Cariños.
BorrarAida en mí a resonado eso de superar la incertidumbre ante el cambio. Soy estoy inmerso en el cambio desde hace un año y no sé cómo superarlo. David
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