Aprender de nuestras emociones, detectarlas y escuchar las necesidades que nos señalan, hace que vayamos creciendo internamente, nos sintamos más seguros y valorados por nosotros mismos, a la vez que incorporamos paralelamente una respetuosa manera de conectarnos con el mundo que habitamos.
Lanzarnos a la aventura de un crecimiento personal, nos va alimentando una mayor apertura, un refinamiento en una actitud positiva frente a las situaciones, mayor realismo y flexibilidad.
La mayoría de nosotros decidimos tomar este camino de desarrollo personal, a partir del dolor, del sufrimiento, de darnos cuenta que "de esta tal o cual manera ya no quiero seguir"; Llegamos a la conclusión de que algo tiene que cambiar, e indefectiblemente somos nosotros mismos los que hemos de hacerlo. ¿Quieres algo diferente? pues haz algo diferente.
Por supuesto que muchas personas transitan el dolor y el padecimiento sin que por ello inicien el proceso de cambio interno para que vaya reflejándose paulatinamente en lo externo, debido a muchísimas razones. Lo que observamos es que con el transcurso del tiempo, la tendencia es que estas personas se vayan endureciendo, se cierren y sean más rígidas.
Acá te brindo siete beneficios que vamos obteniendo en el proceso de desarrollo personal. ¡La inversión de tiempo y entrenamiento genera sus frutos!:
- Se está mejor parado frente a la realidad. La persona sabe que existen limitaciones concretas, de índole externo y/o interno, con lo cual desarrolla y utiliza sus potencias (ni cae en la omnipotencia ni en la impotencia).
- Aumento de sus recursos. A través de conocerse más a sí mismo/a, ha podido desarrollar herramientas para su Estar en el Mundo de manera más seguro/a, valorándose y enfrentando las situaciones conflictivas con eficacia. Detecta antes sus necesidades y se mueve para satisfacerlas.
- Reconocimiento de la interdependencia. El encuentro con los otros es
importante, valorando cada vez más la calidad del encuentro y no la cantidad. vivimos en co-existencia, y ¡la persona lo sabe!
- Presencia de necesidades de trascendencia, en el sentido de colaborar desde el lugar que sea para un mundo mejor, interés en acciones beneficiosas para todos, donde no solamente nos beneficiamos personalmente.
- Capacidad de estar consigo mismo con disfrute, (estar solo no es lo mismo que sentir soledad). Conectado/a con sus intereses, actividades, su propio ser.
- Tolerancia a la frustración. No todo sale como lo deseamos y aparece la actitud de aprendizaje ante cada situación (por lo menos el saber "qué no hacer"). Aumento de la tolerancia a la postergación cuando las necesidades presentes no pueden ser satisfechas.
- Apertura en captar los "satisfactores" del ambiente. La persona posee la capacidad de registrar las opciones que la vida le ofrece; aumenta considerablemente su bienestar con lo que Hay y/o generando a partir de ahí lo que necesita o desea. Por ende, satisface sus necesidades más rápidamente.
Hay muchas maneras de conocernos a nosotros mismos, fortalecer nuestra autoestima, reconocer nuestras potencias y limitaciones, etc... CRECER EMOCIONALMENTE; date la oportunidad a descubrir la más afín para tí. ¡Tú lo mereces!
Dra. Aída Bello Canto
Psicología y Gestalt
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Hola Aida: muchas gracias por el comentario, ayuda para ir tomando más conciencia.
ResponderBorrarUn abrazo
Hola Susana,
BorrarGracias a ti!
Un abrazo enorme y buena semana.
Aida
¡Me encantó! Gracias Aida.
ResponderBorrar¡Gracias Rodrigo!
BorrarUn cálido saludo,
Aida