En el maltrato y sus diferentes formas, en las relaciones tòxicas y toda situación de sometimiento, está presente una dificultad en registrar emociones, que desde el principio dan su aviso de que algo está atentando contra la integridad y la autoestima, mas paulatinamente dejamos de prestarles atención.
Cuánto más podemos dar cuenta de nuestras emociones, mayor claridad tendremos de nosotros mismos, qué nos pasa, ¿qué estoy necesitando? Vivenciar y permanecer en las muchas emociones que nos proporcionan bienestar, así como permanecer en las displacenteras para reconocer qué nos está pasando (adormecerlas, negarlas o taparlas nos auguran la postergación de problemas, incluso de padecimientos físicos).
También nos llevan a ser más transparentes/honestos, para empezar con nosotros mismos y desde ahí con el otro, pues aunque suene duro lo que estoy diciendo, la persona que por ejemplo se enoja y no lo muestra ni lo dice por evitar conflictos, termina "actuando" su enojo de muy diversas maneras; o va acumulando y un día estalla de manera inadecuada y desmedida con la situación actual. O dice un "sí" cuando es un "no" y pone "cara de pocos amigos". Ejemplo: - ¿Qué te pasa? - ¡Nada!
Detectar nuestras emociones, disminuir nuestro analfabetismo emocional, nos hace crecer internamente, nos enriquece el contacto con el mundo, nos instrumenta fuertemente para transitar conflictos, dificultades, ya que vamos puliendo una actitud positiva a tomar frente a lo que nos acontece.
No nos convertimos en un desborde de emociones, ni nos tornamos débiles y vulnerables, como varios que esconden o anestesian sus emociones temen (obviamente por experiencias pasadas, donde el miedo toma mayor dimensión), sino que:
- sentimos nuestras emociones con claridad, sin sentir que toman el control y nos invaden a pleno (recuerden que podemos sentir varias emociones al mismo tiempo, siendo muchas veces distintas en las sensaciones que generan);
- sentimos y pensamos al mismo tiempo, sin que ninguno de los dos tomen el control;
- sentimos y nos dejamos ser espontáneos, frescos, auténticos, sin negarnos a nosotros mismos lo que nos pasa;
- sentimos y aprendemos a comunicarnos con el mundo con respeto, cuidado y autenticidad (recordemos que La honestidad bruta hiere, daña; no es sinceridad), pues vamos comunicándonos con nosotros mismos con este buen trato.
Nuestras emociones nos cuidan, nos protegen e instrumentan. Tomarnos unos minutos al día para registrar cómo estamos, qué sentimos, es una fructífera inversión personal. Tú decides.
¡Buen inicio de semana!
Dra. Aida Bello Canto
Psicología y Gestalt
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Hola!
ResponderBorrarES increíble còmo adormezco emociones, la dificultad que tengo para poner lìmites, por ejemplo.
Gracias por sus aportes.
Saludos.
Mònica
Buen día Mónica,
BorrarEl que puedas darte cuenta de tu dificultad en poner límites es un gran paso pues te ayuda a estar atenta a qué haces cuando te enojas (emociòn que nos señala dónde son necesarios los lìmites).
Gracias por su comentario.
Un càlido saludo,
Aìda
Genial! Comparto!
ResponderBorrar¡Gracias Rodrigo!
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