Hoy en día son ampliamente conocidas las bondades y beneficios que acarrea el tener pensamientos positivos: la incidencia que poseen en nuetros químicos orgánicos, cómo modifican nuestras emociones, nos ayudan a cultivar una actitud positiva, alimentan la resiliencia - esa capacidad nuestra de salir transformados positivamente tras una crisis o catástrofe, entre muchas otras.
Teniendo tanta información al respecto, desde libros/ internet de fácil acceso, cursos, programas de masiva difusión, hasta las más sofisticadas investigaciones neurológicas, psicológicas, etc, la realidad es que nos cuesta un montón el instalar este tipo de pensamiento como hábito.
Permítanme compartirles una experiencia que tuve un día en clase de teatro. A una compañera y a mí nos tocó hacer una escena donde éramos dos compañeras de trabajo donde una tomaba todo positivamente y la otra todo negativamente. Elegimos tomar cada una el papel que más nos costaba, para salir de "lo conocido". Ella eligió ser la positiva, y yo la negativa. Yo le encontré "la quinta pata al gato" absolutamente a todo; mis comentarios negativos rebatían de inmediato los comentarios positivos de ella. ¿Cuál fué mi revelación? ¡que me resultó muy fácil instalarme en la mala onda, el miedo y la queja! ¡Y a ella le salió de maravillas, de manera muy fluída, la mirada positiva ante todo acontecimiento!
Entonces, ¿no será cuestión de ponerse los zapatos del pensamiento positivo como entrenamiento para que el mismo vaya instalándose e integrándose a nuestra manera de "mirar" lo que vivimos y cómo vivimos?
De alguna manera de esto se trata el Pensamiento Opuesto: cada vez que tengamos un pensamiento negativo, pensar inmediatamente lo contrario. La mente sólo puede pensar una cosa a la vez, no puede tener dos pensamientos al mismo tiempo.
Este método ayuda a erradicar los pensamientos negativos, cambiando cada uno de ellos inmediatamente por su opuesto, el contrario. Hacerlo sin juzgarlo; también nos ayuda a ver la otra cara oculta de las situaciones, de las personas, de nosotros mismos.
Este método del Pensamiento Opuesto, nos lo brindó Robin S. Sharma en su libro "El monje que nos sugiere el uso de este método durante un período estipulado de tiempo (por ejemplo tres semanas) para que podamos crear el hábito del mismo.
vendió su ferrari", atribuyéndoselo al yogi Raman. Él
¡Una "gimnasia mental"!
Creo que lo estoy haciendo es un recordatorio de algo que todos sabemos, aunque no supiéramos el nombre del método, mas lo simple y sano se nos olvida con facilidad.
Para terminar, y ya puesta en recordar lo olvidado, les paso tres puntos a tener en cuenta si deseamos vivir/ convivir en balance:
- Pensamientos positivos
- Acciones constructivas
- Palabras armoniosas
¿Lo intentamos?
Dra. Aìda Bello Canto
Psicologìa y Gestalt
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Muy didactico, ceo que a muchos le vendra, bien. Porque lo negativo, es atrapante, de ahi que los programas de TV, son todos negativos, se hace una dependencia, sobre todo a la hora de comer en familia.
ResponderBorrarHola Ricardo,
BorrarGracias por tu comentario.
Coincido contigo plenamente!
Un càlido saludo,
Aìda