Una gran cantidad de personas sienten culpa o exigencia cuando se disponen a "no hacer nada", aunque suene extraño e imposible que ocurra. Dedicar tiempo a actividades que no son "productivas", ni tienen que ver con trabajo e incluso no hacer tareas domèsticas esenciales, ¡no es tan fàcil!
Pareciera que les cuesta darse permiso a sí mismos para permanecer en el descanso, conectarse con el ocio, disfrutar un espacio amplio sin compromiso mental. Suelen pensar que están perdiendo el tiempo.
Aprender a insertar el ocio en nuestra vida, valorarlo y disfrutarlo, es toda una empresa; nada fácil para gran cantidad de personas. Reconocer que nos lo merecemos, que nos genera buen ánimo, mayor espacio mental para la creatividad o sencillamente - ¡qué no es poco!- un oasis a nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro Ser.
¿Còmo detectar esta dificultad para disfrutar? Imagínate una persona que se dispone a "no hacer nada", y en cuanto lleva un tiempo en ese estado, empieza a construirse en su mente un gran listado de las cosas que debería estar haciendo en lugar de estar tirado/a en el sofá viendo películas, en la cama dormitando, jugando en la computadora o en la terraza contando pájaros.
Acá la exigencia se hizo presente, pues siente que està perdiendo el tiempo, ¡y eso no se hace!
También la culpa nos visita, poniéndonos nombres como holgazán/a, vago/a, dejado/a, etc. Ante lo cual el disfrute que pudimos empezar a sentir "no haciendo nada", se evapora rápidamente. Algunos optan por permanecer un rato más, aunque la incomodidad va creciendo adentro, y otros sencillamente se levantan y buscan ejecutar una tarea de la lista mental.
No estoy hablando de las personas adictas al trabajo, que es otro tema. Me refiero a la mayoría que realiza muchas tareas diversas en sus vidas, y solamente si está agotado/a o enfermo/a, se permite el ocio. Incluso, cada uno haga su revisión personal, para investigar si en ocasiones no se enferma para poder darse el permiso de quedarse en casa, o directamente en la cama. ¿Un resfrío, una gripe viral, un esguinze (largo etc)?
Además, la persona que no se permite concederse y disfrutar el "no hacer nada", critica y enjuicia a quien lo hace; puede ser motivo de conflicto en algunos vínculos. Uhm ... dá para pensar en la envidia no reconocida del que observa y critica el ocio ajeno.
Los beneficios son muchos y de diversa índole, haciéndolo desde la salud, por elección. Hay frases hechas en cada país para designar este "no hacer nada", que a veces la persona las dice riéndose, y hasta algunos confiesan cierta dosis de vergüenza. ¿Con què frecuencia contestas "estoy haciendo NADA"?
Sepan que en Bilbao radica la Universidad de Deusto, que se dedica a estudiar el Ocio. Poseen Maestrías y Doctorado en Ocio, investigaciones específicas y OcioBine ("aprender disfrutando / disfrutar aprendiendo"). Entre alguno de los temas que tratan son:
- Derecho al Ocio. Ocio y Desarrollo humano.
- El ocio desde diferentes disciplinas (economía, psicología, sociología, educación).
- Ocio y familia; ocio e infancia.
- Ocio terapéutico; ocio y salud.
¿Cómo estás tú en este tema? ¿Te lo permites y lo permites?
Les deseo un lindo fín de semana. ¡Me voy a hacer nada!
Dra. Aìda Bello Canto
Psicologìa y Gestalt
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