La enfermedad, sea la que fuere, es algo que todos los seres Humanos
deseamos que permanezca lejos y ajena a nosotros. Sabemos de su
presencia en nuestra vida por poseer memoria de salud, siendo la
misma valorada ante la pérdida y aparición del anhelo de su
recuperación. ¿Qué podemos hacer? ¡Mucho, sin lugar a dudas!
En el ámbito de la salud física y emocional, se ha arribado a la
conclusión de que no hay enfermedades sino enfermos, siendo esta
diferenciación de vital importancia pues habla de que nosotros, las
personas, somos quienes enfermamos de algo específico en un momento
específico en nuestras vidas, y tomamos cierta actitud única frente
a lo que nos acontece, para ayuda o detrimento propio.
Por supuesto que conocemos una amplia gama de enfermedades, todas con
su sintomatología y diagnóstico. A lo que nos referimos es a la
presencia del Ser Humano como factor crucial: de qué nos enfermamos? ¿Cuándo nos enfermamos? Y el pronóstico de recuperación esta
íntimamente ligado a la actitud de la persona frente a la misma, más
allá de los cuidados pertinentes que tome. Muchas son las
investigaciones que lo corroboran y sustentan sus resultados con
imágenes del scan cerebral llamado “functional magnetic resonance
imaging” ( Dr. Matthiu Ricard, publicado en “Procedimientos de la
Academia Nacional de Ciencias, Nov. 2007).
Así pues, dos personas con un mismo diagnóstico y tratamiento pueden
tener muy diferente respuesta para alcanzar la recuperación. “¿Me
quejo de lo que me pasa?, ¿Siento que es el peor momento para
enfermarme?, ¡De esto si que me va a costar salir!, ¡Peor no puedo
estar!”
Otra postura sería: “necesito descanso; me pasé de la raya”
(escucho las señales de mi cuerpo de agotamiento, registro mi
stress, por ende bajan mis defensas siendo terreno fértil para
amplia gama de enfermedades).
Si nos concedemos una mirada de aprendiz frente a la enfermedad que
nos acontece, escuchando de qué hablan nuestros síntomas y la
invitación de los mismos a una mejor calidad de vida para recuperar
el estado de Salud, nos ubicamos en agentes activos a favor de
nosotros mismos. Y es de nuestra Vida de lo que se trata.