1 de enero de 2018

Propósitos sin Constancia = No concreción!

Aída Bello Canto, Psicología, Gestalt, Postergación
Primer día del nuevo año ... y de alguna manera todos lo iniciamos con varios proyectos y estupendos propósitos. ¿Cuántas veces tomaste la decisión de hacer algo y la postergación se hizo presente día a día, semana a semana? Si quieres concretarlos, ten presente que la voluntad y la constancia serán tus aliados.

El esperar a "tener ganas" para llevar a cabo nuestro deseo y/o decisión, es una enorme trampa, ya que suponemos que las ganas son suficiente motor para concretar lo que queremos.

Regálate un breve espacio de tiempo para pensar qué te hubiera gustado llevar a cabo esta semana o en este mes y no lo has hecho. Si lo escribes es mucho más eficaz ... después reflexiona las razones por las cuales no lo hiciste. Encontrarás que una frecuente respuesta es "falta de tiempo", mas sé sincer@ contig@ mism@ y respóndete ¿hace cuánto que vienes deseando/pensando hacerlo? Entonces, la respuesta de que es por falta de tiempo no es válida. Sencillamente ... ¡no tuviste ganas!

Ésta actitud de no concretar esperando "las ganas" está presente desde lo pequeño a lo grande: en proyectos, ideas, planes, mejoras en tu vida en cualquier área de la misma.

Si quieres hacer algo, ¡no esperes a tener ganas! HAZLO, da el primer paso, muévete, saca tu cuerpo de la postura que tiene (generalmente estamos sentados pensando y pensando, dando vueltas si lo hacemos, si es el mejor momento, si ... si ... si ...).

Aida Bello Canto, Psicologia, Gestalt, Postergación

Utiliza estrategias que ayudan a concretar lo que quieres pero que ya sabes que no vienen las ganas. Acá es donde utilizamos la voluntad, y solamente a través de la constancia es que lograremos concretar nuestros proyectos / objetivos.

- Si quieres salir a caminar y te dices "mañana comienzo", pues déjate preparada la ropa cerca para cuando te levantes ni tengas tiempo de pensar si lo haces o no; ¡y vete a caminar!
- Si quieres concretar la cita médica de control, ponte en un lugar bien a la vista el número telefónico y el teléfono arriba. ¡Y llama!
- Si quieres empezar un curso, ¡inscríbete!
- Si quieres llamar a alguien que hace mucho que tienes en mente hacerlo para saber cómo está, ¡hazlo en el mismo instante que vuelves a recordarte!

La esencia de caer en la trampa de esperar las ganas es que. por un lado, cada vez que recordamos nuestro propósito anhelado, volvemos a decirnos a nosotros mismos que lo vamos a hacer (renovamos nuestro propio contrato) para recaer en el mismo círculo vicioso anterior, y por otro lado, alimentamos el auto-reproche (ya sabemos cuán duros podemos ser con nosotros internamente).

Cuando tomamos conciencia de que no hemos de esperar las ganas para hacer lo que queremos hacer, nos empezamos a mover con mayor frecuencia hacia nuestros objetivos y en el transcurso vamos conectando con la satisfacción de lo realizado. Nutrimos una actitud positiva, nos generamos bienestar.

¡Buen 2018 para todos!

Dra. Aída Bello Canto
Psicología y Gestalt

24 de diciembre de 2017

¿Y si abrazamos más? ¡Tú siempre ganas!

Aída Bello Canto, Psicología, Gestalt, Emociones, Abrazo,





 Generalmente esta expresión emocional es doble, al dar un abrazo también lo recibimos, y digo generalmente, porque a veces la otra persona no puede, por circunstancias varias, devolverlo en el mismo momento que lo recibe; puede sentir los deseos de abrazar, pero no puede expresarlo. Así, que aunque les cueste creerlo, podemos enseñar a abrazar a otra persona, pues algunas pierden esta capacidad expresiva en el camino.

Necesitamos el contacto físico desde que llegamos a este mundo, y numerosos estudios (Universidad de Carolina del Norte, Universidad de Duke) han demostrado cómo la ausencia de caricias físicas, abrazos, en la infancia, impiden el desarrollo de las neuronas. Ni qué decir del marasmo, mortandad infantil por ausencia de contacto físico. Pues bien, la importancia de seguir recibiendo y dando éstas caricias permanece a lo largo de nuestra vida.

Algunos beneficios físicos y emocionales que genera el abrazar son:

- Aumenta la oxitocina en sangre, mejor conocida como la hormona del amor. Uno de los efectos de la oxitocina es que activa unos químicos que disminuyen la presión arterial.

- Mejora el estado de ánimo al incrementar la serotonina.    

Aida Bello Canto, Psicologia, Gestalt, Emociones, Abrazo- Liberamos stress y ansiedad.

- Fortalecemos nuestro sistema inmunológico al abrazar y ser abrazados pues se activa la creación de glóbulos blancos; con ello, poseemos mejor defensa ante las enfermedades.

- Aumenta nuestra seguridad y confianza al sentirnos apoyados y contenidos, acompañados por otro ser humano.

- El abrazo es una manera de comunicación no verbal que transmite comprensión y empatía, viéndose beneficiada nuestra autoestima.

Hay diferentes estilos de abrazos, mas mi objetivo en este hoy no es ir al detalle de los mismos, sino el transmitir la importancia del abrazo, de que los hagamos más presentes en nuestras vidas, viéndonos beneficiados por partida doble: dando y recibiendo. Podemos expresar muchísimas emociones en un abrazo, mas la que circula invariablemente es la ternura, brindando respeto, afecto y reconocimiento a otro ser vivo.

Definitivamente el abrazo incrementa nuestro bienestar general, tanto física como emocionalmente.

En lo personal, me parecen maravillosas las campañas internacionales que se realizan de "Abrazos Gratis". Hace pocos meses me encontré una en Av. Las Heras y Aguero, en Buenos Aires, ¡qué estupendo!

¿Qué estás esperando para ir y abrazar? Y si lo quieres, ¡pídelo! no esperes que te adivinen los demás.

Dra. Aida Bello Canto
Psicología y Gestalt

10 de diciembre de 2017

9 hábitos que aseguran tu Malestar

Aida Bello Canto, Psicología, Gestalt, Emociones, Bienestar, Malestar
Comparto contigo alguno de los hábitos que aseguran el que vivamos en malestar, insatisfechos y con presencia de emociones como la tristeza, el enojo o la angustia de manera constante. ¡Basta con que tengamos incorporado solamente uno de ellos! 

Si deseas cambiar y tomar protagonismo en tu bienestar, ya sabes dónde hacer foco! No solamente te sentirás mejor, sino que tus relaciones mejorarán notablemente.

1- No te preguntas qué deseas o necesitas; tu atención está puesta en los deseos y las necesidades de los demás. Siempre las tienen, así que tenderás a invertir tu vida en ello. Cuanto menos reflexiones sobre tus propias necesidades, más se te olvidan cuáles son.

2- Ignoras tus emociones. El ignorar tus emociones, cuáles son, qué sientes cuando sientes, te augura una confusión importante. Por ejemplo, no diferencias entre estar angustiado de estar conmovido. Al no reconocer las alertas que te ofrecen las emociones, corres riesgo de poner en el cuerpo lo que te pasa; o sea, te enfermas, somatizas. Ejemplo, no te enojas pero tienes frecuentes dolores de estómago o contracturas en cervicales, etc.

3- Te fijas en lo que siempre falta. ¡Y siempre falta! Tu atención no la depositas en lo que tienes y a los que tienes a tu alrededor. Pones tu foco en las ausencias.

4- Te quejas frecuentemente. La queja diaria es muy eficaz para recordarnos que estamos mal, que algo anda mal a nuestro alrededor, o incluso adentro nuestro (tipo autoreproche).
Aida Bello Canto, Psicología, Gestalt, Emociones

5- Sostienes tus creencias más rígidas. Por ejemplo, si el trabajo es sacrifico, ¡te sacrificas! Si tienes que complacer a todos para ser buena persona, ¡complaces a pleno! (esto no quiere decir que lo consigas, ya que hay personas insaciables). Si todo tiene que ser perfecto, ¡te esmeras en lograrlo! ... El malestar está asegurado por la insastifacción y el bombardeas a tu autoestima.

6- Permaneces en relaciones tóxicas. Estas relaciones o vínculos tóxicos, donde eres manipulado por el miedo o la culpa, logran que colabores activamente para que se sostengan. ¡Eres protagonista de tu malestar! Tus emociones no cuentan para el otro, ni tu opinión ni tus planteos.

7- Dramatizas todo. Puedes tomar cualquier situación del afuera (el clima, la tardanza del bus, el trato de la gente, etc) o fijarte en algo de tu propia persona: "Todo me pasa a mí", por ejemplo.

8 - Respiras cortito. Esta es la respiración pectoral, superior, y la misma está asociada a las emociones de la angustia, la tristeza y el enojo. Las respiraciones profundas, que llevas el aire hasta el abdomen, lenta y suave, son las que conectan con la tranquilidad.

9 - Usas un lenguaje negativo, donde son escasas las emociones y palabras positivas, y empleas frecuentemente el hablar de los otros, o lo que hace o no hace el otro. Te hablas a tí mismo/a, tus pensamientos, de manera negativa: reproches hacia tí o hacia los otros.

Podría seguir con el listado, mas creo que con estos 9 hábitos ya tienen para indagar si alguno está  presente en sus vidas. ¿Qué eliges hacer al respecto? porque elegimos permanentemente, y el darnos cuenta de ello, es una llave magistral para generarnos cambios.

¡Buena Vida!

Dra. Aída Bello Canto
Psicología y Gestalt

3 de diciembre de 2017

Dime qué pensamientos tienes y ...!!

Aída Bello Canto, Psicología, Gestalt, Emociones
Somos lo que pensamos y sentimos. La incidencia es directa en nuestro cuerpo, en nuestra actitud frente a la vida, con todas sus circunstancias (buscadas o no). Y si anhelamos una mejor calidad de vida, en todos los sentidos, ¡mejor que lo pongamos en práctica!

Si el tipo de pensamientos que tienes son positivos, tendrás una vida muy distinta a si ellos son negativos. Te comento el por qué:

Tenemos conocimiento de la relación existente entre nuestra salud y la manera en que vivimos; ¿quién ignora los efectos del stress? presión arterial alta, disminución del sistema inmunológico (mayor propensión a un resfrío, por ejemplo), insomnio, etc.

Pues bien, nuestra salud y calidad de vida también se ve afectada por los pensamientos que tenemos y las emociones que nos habitan. Tanto nuestros pensamientos como nuestras emociones ponen en acción nuestro laboratorio químico interno. Por ejemplo, un recuerdo negativo libera las mismas hormonas que una situación de stress; si reiteradamente nuestro pensamiento evoca este tipo de recuerdos, inundamos nuestro cuerpo con estos químicos que nos conducen a una disminución del sistema inmunológico.

Aida Bello Canto, Psicologia, Gestalt, EmocionesInterpretar las experiencias que tengas en tu vida de forma negativa (las relaciones, el trabajo, ...) logra que tu cerebro genere sus neurotransmisores acordes a tales pensamientos, influyendo hasta en nuestro ciclo del sueño. Te recuerdo que como ves tu mundo, ¡así te influye!

En nuestro lenguaje cotidiano tenemos muchas frases que dan cuenta de la relación emociones/cuerpo: "Me broté", "Me cayó como una patada al hígado", "como una piedra en el estómago", etc.

Cultivar nuestros pensamientos positivos, aprender a ver lo que Hay en lugar de lo que Falta, nos beneficia directamente en nuestra calidad de vida, en nuestra salud física y emocional; vamos transformando nuestro perfil bioquímico, segregando neurotransmisores en nuestro cerebro que inciden en nuestra salud y alimentan nuestra actitud positiva.

La psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE) se ha encargado con sus amplias investigaciones y resultados de darnos a conocer cuán protagonistas somos de nuestra biología, y de cómo nuestros pensamientos y emociones son metabolizados por nuestro cuerpo. ¡Utilicemos esta información a nuestro favor!

Aida Bello Canto, Psicologia, Gestalt, Emociones

"Si quieres saber cómo estará tu cuerpo mañana, observa tus pensamientos y sentimientos hoy".

Para los que les cuesta parar la "calesita" de pensamientos negativos, les ofrezco un breve ejercicio de relajación  herramienta muy útil para aprender a darles un stop! y conectarse con la serenidad. No esperes que te salga maravilloso la primera vez: práctica y constancia son las llaves maestras.


Fíjate qué tipo de pensamientos tienes, positivos o negativos, y verás qué calidad de vida posees. Chan!

Un cálido saludo,

Dra. Aída Bello Canto
Psicología y Gestalt

12 de noviembre de 2017

¿Sabes poner Límites?

Aída Bello Canto, Psicologìa, Gestalt, Emociones, Limites, Vinculos Tòxicos
La dificultad en poner límites es un campo fértil para ir acumulando emociones tóxicas ademàs de correr alto riesgo de tener vìnculos tóxicos, ya que a los manipuladores les atraen las personas que les cuesta pararlos, decirles que NO a lo que desean.

 Aprender paulatinamente a poner lìmites  nos genera relaciones más claras, potenciamos la coherencia dentro nuestro (sentir, pensar y hacer en la misma dirección) y fortalecemos nuestra valoración con respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás.

Para poder poner lìmites a otra persona o hacia situaciones que nos dañan de algún modo, hemos de darnos cuenta que adentro nuestro hay un BASTA, "èsto no lo quiero màs"; pareciese fàcil pero la persona que está acostumbrada a dejar pasar situaciones de maltrato, o desea evitar conflictos aunque no le guste lo que pasa, llega un punto donde no escucha su ¡basta!, y sigue cargando su mochila emocional.

Lo que no puede evitar es sentir cansancio, cambio de ànimo e incluso somatizaciones (el cuerpo siempre "habla").

¿Cuántas veces nos encontramos en situaciones que sabemos que no queremos, ya sea por maltrato, descalificaciones, abuso (hay de diversa índole), y permanecemos en ellas por acostumbramiento e incluso por comodidad? ¿Dónde se encuentra nuestro límite interno para decirnos a nosotros mismos ¡basta!?

Aída Bello Canto, Psicologìa, Gestalt, Emociones, LìmitesCon alta frecuencia se desarrolla adentro nuestro lo que yo suelo llamar normalización del malestar. Llega un punto donde sabemos que "esto o aquello" nos hace daño, no nos gusta, ensombrecemos parte de nuestro más íntimo Ser, mas permanecemos estoicamente hasta llegar un punto donde forma parte de nuestra vida, es normal, y hasta podemos decirnos internamente "Es lo que hay". Si tuviésemos un "Limitrónomo interno", pareciese que perdió su sensor o aguja para indicarnos que "hasta aquí llegué".

El llegar a darnos cuenta que éste es mi límite interno, que "hasta aquí llegué", no significa una ruptura ni conflicto en puertas; lo que sí me abre es la conciencia de que necesito un cambio de una específica situación o algo determinado en una relación, y por supuesto este darme cuenta me irá llevando a tomar algún tipo de acción y comunicación.

 Hay un tramo, un proceso, entre el darme cuenta y el pasar a la acción. ¡No es inmediato! Muchos ignoran o eligen no tomar registro de su "limitrónomo interno" porque dan por hecho que el reconocer su BASTA, NO QUIERO MÁS, los convoca a una acción inmediata. Y esto genera miedo ... por supuesto.

Recuerden que el miedo posee la función de avisarnos que necesitamos herramientas para encarar determinada situación; démosnos tiempo para buscarlas y fortalecer estos instrumentos que necesitamos aprender o desarrollar en el proceso. Sin perder de vista adentro que sentí mi límite, me iré despertando de esa normalización al malestar y/o veré qué necesito para soltar la comodidad-incómoda que he adquirido por largo tiempo.

Después, tomando mi propio tiempo, volcaré la acción en el afuera: con respeto hacia mí mism@ y hacia el otro. Empezarè a poner los lìmites paulatinamente, a decir NO a las situaciones que ya sè que no quiero màs, decir un SI claro y transparente porque asì lo siento, y darme la oportunidad de tambièn decir un NO SÊ cuando preciso tiempo para descubrir realmente lo que quiero (y no complacer siempre a la otra persona).

¡Este aprendizaje es esencial para tener relaciones sanas y nutritivas!
¿Cuánto tienes que sufrir para cambiar?

Dra. Aìda Bello Canto
Psicologìa y Gestalt


¡No te escondas para encajar!

¡Para de esconderte para encajar! 🙌🙌 Si tienes que ocultar quién eres para encajar, entonces ese no es tu sitio. 👉 Un lugar donde no pue...